Testimonio de trabajador despedido de ArZinc
Excelente discurso, justo, verdadero, necesario. Me hace acordar a mí, en julio de 1991. Solo que yo no lo había votado a Menem. En aquél entonces tuvimos que hacer silencio, estábamos solos, atomizados; apenas le podía decir esto que él dice, a unas pocas personas que no creían en lo que les decía, porque no les había tocado... o tal vez creían, pero no les interesaba. Hoy si fuese por los medios masivos de comunicación social el silencio sería idéntico; pero gracias a estos medios de expresión que nos aporta la tecnología, el silencio de los medios se transforma en rumor en la calle, que sordo, apagado, bajito al principio, crece hasta volverse atronador.