A puerta cerrada. Jean Paul Sartre - Obras de Teatro para descargar
La obra se inicia con el Mayordomo conduciendo a un hombre llamado Garcín hacia un cuarto, el infierno (en un inmenso hotel lleno de cuartos y pasillos).
El cuarto no tiene espejos ni ventanas y sólo cuenta con una puerta, tres sillones, una estatua de bronce y un abrecartas. Una mujer, Inés, entra a la habitación de Garcín, y posteriormente otra, Estelle. Después de que ambas ingresan, el Mayordomo sale y la puerta es cerrada con llave. Todos esperan ser torturados, pero el torturador jamás aparece. Aparentemente ellos están allí para torturarse entre sí, parecen lograrlo. Son abandonados a la compañía forzoza de los otros dos. Cerca del final... No les cuento más.
"(…)
INÉS. — (Seca.) Inés Serrano.
Señorita.
GARCÍN.
— Muy bien. Estupendo. Ya se ha roto el hielo, ¿no? Así que, según usted, tengo
el aspecto de un verdugo... ¿Y en qué se reconoce a los verdugos, quiere
decírmelo?
INÉS.
— En que parece que tienen miedo.
GARCÍN.
— ¿Miedo? Es curioso. ¿Y de quién? ¿De sus víctimas?
INÉS.
— ¡Déjeme en paz! Sé lo que digo. Me he
mirado al espejo y sé lo que digo.
GARCÍN.
— ¿Al espejo? (Mira a su alrededor.)
Es fastidioso: aquí han quitado todo lo que pudiera parecerse a un espejo. (Una pausa.) En todo caso, yo le puedo
asegurar que no tengo miedo. No es que me tome la situación a la ligera; me
encuentro consciente de su gravedad. Pero no tengo miedo. (…)"
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